Editorial

Cuánto ruido

Preguntarnos si a esta generación venidera le cuesta interiorizar aspectos vitales básicos, es un común denominador entre padres y formadores.

Los vemos enredados en las Sociales telas de araña. Atrapados sin intención de soltarse. Capaces de sobrevivir al atolladero de información y a esa avalancha de datos, tantas veces Imposible de procesar.

Es su ámbito. Nacieron en él. Capean los constantes inputs provenientes del exterior, y les sobra capacidad para comunicarse en bandas simultáneas.

Suben y bajan imágenes a merced de la aprobación ajena. Pendientes, aunque inconscientes, del qué dirán o pensarán.

Esos likes que, con frecuencia, provocan una fuerte presión exterior, desgastan y obstaculizan el ejercicio de su libertad interior para fidelizar aquello que, en algún momento quizá, vieron como una meta a conseguir.

No estaría de más, si estuviera en nuestra mano, recordarles de vez en cuando lo que al final de sus días escribió en la red su admirado Steve Jobs: “No permitas que el ruido de las opiniones de los demás ahoguen tu voz interior”

Marián Pampillón Olmedo,
Directora de Familia y Cultura.