Editorial

Uno, siendo dos

Parece que Pablo Picasso anticipó en esta Portada aquello de: unos viene de Marte, y otras de Venus.

Nada más lejos de la rivalidad. Idéntica dignidad. Complementarios, en su naturaleza física y realidad psicológica. Divergencias innatas hasta en el desarrollo de sus hemisferios. Masculinidad y feminidad. Igualdad diferente. Quizá por ello no debieran romper su propia individualidad, y conseguir así su unidad.

Poseen espacios propios que, una vez compartidos, se llenan de riqueza. Una puesta en común a la que llegaron desde distintas vías de comunicación. Comenzaron una amistad. Y para mantenerla, cambiaron las críticas al otro por la expresión de sus propios sentimientos. «La mejor forma de amistad», decía Aristóteles.

¿Y si trataran a su cçonyuge, como su mejor amigo? ¿Y si ese amigo fuera el único que existiera en el mundo? Qué fácil sería entonces pedirle perdón, o ponerse en su lugar, o incluso, no dejar acampar a la monotonía…

Marián Pampillón Olmedo,
Directora de Familia y Cultura.